No hace mucho que, a raíz, del tirón popular de fiestas “importadas” como Halloween, se establecía en nuestro modesto chat un animado debate acerca del modo (y las modas) de celebración de determinadas festividades. Quizá sea el momento y viendo próximas las fiestas navideñas, plantearnos un nuevo tema de discusión, sin ánimo de polemizar ni de radicalizar posturas. Nos referimos a la forma adecuada, que desde la perspectiva de una verdadera enseñanza pública y laica, se deben celebrar estas fiestas en el ámbito escolar, de forma que tengan cabida todas las opciones culturales y religiosas, o al menos no sean unas celebraciones excluyentes.
Nos referimos a la ya clásica "función" de villancicos que nuestros hijos e hijas representan en el Salón de Actos del colegio para “regocijo” y “deleite” de los padres y madres asistentes que cámaras en mano, abarrotan el reducido espacio e “inmortalizan” como pueden estos brevísimos momentos de “gloria”, aunque algunos pequeños parecen no disfrutar mucho., presas del "miedo escénico" (Por cierto, esta afluencia masiva de padres ya la desearíamos también para las asambleas del AMPA o en forma de candidaturas al Consejo Escolar). Y digo “regocijo” porque no está tan claro que muchos padres que abogamos por una educación laica de verdad estemos de acuerdo con esta “escenificación” navideña, de marcado acento religioso en cuanto a la temática y los símbolos de las canciones (la Virgen, los pastores, el Niño Jesús, etc.). Puede que muchos consideren este asunto trivial e incluso -fruto de una mayoritaria educación católica- ni siquiera se cuestione este tema. Se considera “natural” y “tradicional”, porque se ha hecho “siempre”. Es verdad que fuera de la escuela los símbolos navideños lo invaden todo, la televisión, las calles, las casas, los comercios, etc. Es muy difícil eludir esta realidad.
Pero los tiempos han cambiado. Y la escuela debe reflejar, en cierta medida, estos cambios. Vivimos cada vez más en una sociedad multicultural donde las distintas opciones religiosas y culturales han de tener su cabida y respeto, sin que unas se vean minusvaloradas con respeto a otras. Ponemos por caso el tema de la asignatura de religión y su “homóloga” de Alternativa a la religión. Mientras que en una los contenidos y actividades están claros, en la otra, en su categoría de “alternativa”, frecuentemente se improvisa y realizan actividades, digamos, de relleno para cubrir la hora, como manualidades, dibujos, etc.
La cuestión que queremos debatir aquí es ésta precisamente, si estamos o no de acuerdo en que nuestros hijos participen en esta representación o si sería conveniente o “consecuente” también otro tipo de actividad alternativa, desligada de cualquier acento religioso. La inercia y el “qué más da” hace que dejemos hacer, porque en el fondo no le damos mayor importancia y no queremos ser “ovejas descarriadas” dando la nota. Así que, si realmente tenemos otra opinión o podemos ofrecer otras alternativas más inclusivas e integradoras, lo expongamos aquí con nuestros comentarios. Hablando se entiende la gente. Dejamos como botón de muestra también una pequeña encuesta, pero nos interesan sobre todo vuestras sugerencias y opiniones.
Nos referimos a la ya clásica "función" de villancicos que nuestros hijos e hijas representan en el Salón de Actos del colegio para “regocijo” y “deleite” de los padres y madres asistentes que cámaras en mano, abarrotan el reducido espacio e “inmortalizan” como pueden estos brevísimos momentos de “gloria”, aunque algunos pequeños parecen no disfrutar mucho., presas del "miedo escénico" (Por cierto, esta afluencia masiva de padres ya la desearíamos también para las asambleas del AMPA o en forma de candidaturas al Consejo Escolar). Y digo “regocijo” porque no está tan claro que muchos padres que abogamos por una educación laica de verdad estemos de acuerdo con esta “escenificación” navideña, de marcado acento religioso en cuanto a la temática y los símbolos de las canciones (la Virgen, los pastores, el Niño Jesús, etc.). Puede que muchos consideren este asunto trivial e incluso -fruto de una mayoritaria educación católica- ni siquiera se cuestione este tema. Se considera “natural” y “tradicional”, porque se ha hecho “siempre”. Es verdad que fuera de la escuela los símbolos navideños lo invaden todo, la televisión, las calles, las casas, los comercios, etc. Es muy difícil eludir esta realidad.
Pero los tiempos han cambiado. Y la escuela debe reflejar, en cierta medida, estos cambios. Vivimos cada vez más en una sociedad multicultural donde las distintas opciones religiosas y culturales han de tener su cabida y respeto, sin que unas se vean minusvaloradas con respeto a otras. Ponemos por caso el tema de la asignatura de religión y su “homóloga” de Alternativa a la religión. Mientras que en una los contenidos y actividades están claros, en la otra, en su categoría de “alternativa”, frecuentemente se improvisa y realizan actividades, digamos, de relleno para cubrir la hora, como manualidades, dibujos, etc.
La cuestión que queremos debatir aquí es ésta precisamente, si estamos o no de acuerdo en que nuestros hijos participen en esta representación o si sería conveniente o “consecuente” también otro tipo de actividad alternativa, desligada de cualquier acento religioso. La inercia y el “qué más da” hace que dejemos hacer, porque en el fondo no le damos mayor importancia y no queremos ser “ovejas descarriadas” dando la nota. Así que, si realmente tenemos otra opinión o podemos ofrecer otras alternativas más inclusivas e integradoras, lo expongamos aquí con nuestros comentarios. Hablando se entiende la gente. Dejamos como botón de muestra también una pequeña encuesta, pero nos interesan sobre todo vuestras sugerencias y opiniones.
15 comentarios:
A propósito de esto, ayer salió en todos los periódicos e informativos nacionales e internacionales la noticia de que, ante la denuncia de un grupo de padres, un Juzgado de Valladolid obliga a un colegio público a retirar los crucifijos de sus aulas y espacios comunes argumentando que la presencia de símbolos religiosos en la escuela vulnera los derechos fundamentales de igualdad, libertad religiosa y aconfesionalidad del Estado recogidos en la Constitución. Aparte de lo que esto representa en términos sociales, religiosos, etc, a mí lo que más me llama la atención de la noticia es que todo parte de simplemente un grupo de padres de un modesto colegio público de Valladolid.
(Si pones “crucifijo” y “escuela” en Google, te saldrán cientos de enlaces a la noticia)
No soy partidario de eliminar las actividades relacionadas con la navidad en la escuela. Quizá la solución es dar importancia a las festividades más importantes de otras culturas y religiones que existan entre los niños del colegio. También explicaría a los niños que la navidad o el ramadan son celebraciones que no tienen que asumir, sino que pueden participar como espectadores. Por otra parte no me gusta la encuesta que se presenta sobre este tema; creo que todas las opciones no son igual de serias.
Hola Alberto. Soy Manuel, el autor del post aunque aquí te hablo a título personal: No sé a cual de las opciones de la encuesta te refieres como "poco seria". Si es la primera como supongo, comprobarás que paradójicamente - hasta el momento- es la más votada. Y por una sencilla razón: nadie quiere complicarse la vida ni ser "aguafiestas". Se ha hecho siempre , pues ya está.Venga función. Los crucifijos tardaron en salir de las escuelas por la misma razón.Decían: Siempre han estado ahí, no molestan a nadie. Y ya ves, ahora no están, afortunadamente. Ahora sí que no molestan.
Nos guste o no, nuestra escuela pública es - o debe ser, por Ley- laica.
En cuanto a dar mas importancia y difusión a otras festividades culturales o religiosas en las escuelas, totalmente de acuerdo.
Nuestra navidad no es solo una celebración religiosa, es mucho más. Se trata de una herencia cultural que se pierde en el mas lejano pasado y que ahora (solo unos cientos de años)tiene como una leve mano de pintura cristiana-católica. ( Como gris-obscuro)
Pero no nos engañemos, la Navidad es, ante todo, la fiesta por antonomasia de la familia. Y por lo tanto, de los niños
En tanto en cuanto valoremos esto, le restamos importancia a lo otro.
La sabiduría popular ha sabido seguir festejando la Navidad como siempre obviando la propaganda.
Así, todo el mundo sabe que nace un nuevo año, que es la oportunidad para desearle lo mejor a quines quieres. Por eso hay que sacarle partido a estas fiestas. Porque son nuestras fiestas. Y están marcadas por los preciosos recuerdos de infancia.
No tiene sentido enfrentamiento alguno. Son nuestras fiestas íntimas. Y aquí no entra la religión.
Lo público es un escaparate y una oportunidad para oir a los niños cantar en grupo.
¿Porqué no oirlos en un villancico que hable de lo que quiera?
¿aquí no entra la religión...?
A Belén: "Cristo es la Navidad y el que tiene a Cristo tiene alegría".
Campana sobre campana: "y sobre campana tres en una cruz a esta hora del niño va a padecer"
Beben y Beben y vuelven a Beber Los peces en el río por ver a DIOS NACIDO
¿sigo?
Los valores humanos han entrado siempre en todas las culturas a través de la religión, y no hay más que ver que el deterioro de nuestra sociedad en este sentido va unido, en parte, al empeño de anular las creencias religiosas de las personas. No hay que olvidar que el sentido de estas fiestas tiene una base religiosa. Lo coherente de todos los que luchan contra los villancicos de la función navideña y otras manifestaciones inherentes a estas fiestas (QUE SON RELIGIOSAS REALMENTE), es que en sus casas y en sus vidas estos días sean como los del resto del año (sin reuniones familiares extras, sin viajes extras para ver a familiares que viven lejos, sin día de Reyes). Si sólo les queda el consumismo, "que triste"...
El comentario que hace "Anónimo" es propio de quien ha crecido en otra cultura que no es la nuestra y por lo tanto no nos entiende Nuestras contradicciones.
Es cierto que hay villancicos que dicen barbaridades como estas de nacido para la cruz, pero no exageremos, la mayoría de ellos están innundados de alegría de quienes los cantan, los niños. Y que yo sepa los que lo hemos hecho no terminamos traumatizados por ello. Si por otras estupideces mucho más graves que ahora sería largo contar.
¿Por qué?
Simplemente porque lo que realmente cuenta, los valores, se transmiten por lo afectivo y somos los padres los que jugamos el papel más relevante en este aprendizaje.
Es cierto que durante cientos de años la religión se ha impuesto a sangre y fuego, pero también lo es que hemos aprendido a seguir celebrando la fiesta del nuevo año con cierta hipocresía. Pero divirtiéndonos, y con ello nos aprovechamos de los beneficios de cualquier fiesta.
Lo que ha ocurrido es que hemos padecido a tanto integrista, a tanto fanático religioso, que tuvimos que adaptarnos.
Ahora es diferente, se puede hablar con más libertad y estoy convencido de que la religión terminará por salir de la escuela pública. Y que los profesores, con los padres, poco a poco iremos creando nuevas alternativas a las actuaciones con contenido religioso como estos belenes tradicionales.
Todo depende de nosotros. Se trata de un nuevo reto cuanto tenemos otros mucho más urgentes. Me refiero al objetivo de que nuestro Centro simplemente funcione y nuestroa hijos aprovechen este tiempo que emplean en él.
A mi me preocupan cosas como por ejemplo el que haya una buena coordinación entre padres y profesores.
No te engañes Ernesto, vuestra cultura no es tan misteriosa que ha que nacer aquí para poder descodificarla. No estamos en Tibet ni una isla perdida del pacífico. He celebrado las navidades en varios países europeos y te puedo asegurar que, salvo pequeños matices, se celebra igual. Los villancicos son muy parecidos en diferentes idiomas, en muchos casos son traducciones literales.
Tus intenciones son nobles, de buscar la paz entre los padres y evitar la confrontación a toda costa pero tampoco hay que intentar convencernos que la navidad no sea cristiana ni los villancicos religiosos. No nací aquí pero tampoco nací ayer.
Estoy de acuerdo que no estamos traumatizados por los villancicos, la navidad, etc. Y tampoco me preocupa mucho el tema.
Pero no entiendo porque en un colegio publico hay que vestirse de pastorcito y cantar sobre la virgen, Jesús, etc. cuando hay alternativas que pueden ser igual de divertidas y alegres para los niños y no están limitadas a una sola creencia.
En una colegio realmente laico, se crea un ambiente neutro donde no se celebra ninguna religión pero sí se toleran todas, que da igual si fuera del cole vais a misa, sinagoga, templo, mesquita, si meditas, rezas, etc…en el colegio sois todos iguales. Y se celebran los valores humanos en común en el mundo que transcienden la religión:
bondad, generosidad, solidaridad, justicia, etc.
No me engaño. Lo mismo tienes razón pero, ¿ que quieres que te diga? yo no entiendo muy bien nuestras contradicciones a la hora de mezclar diversión y religión.
Como tampoco entiendo, como tu, que haya que vestirse de pastorcito y cantar a la virgen.
Me gustaría que hubiera otra forma de celebrar estas fiestas, pero ¿ tu crees que habrá muchos padres dispuestos a apostar por otro tipo de celebración?
Me gustaría equivocarme, pero a la hora de la verdad, es más fácil hablar que comprometerse a hacer algo concreto. Y no lo digo precisamente por ti.
A mi me gustaría participar en estos cambios.
Me encanta la época navideña, me gusta cantar villancicos, ir a las iglesias para ver los belenes, dar y también recibir regalos de los Reyes Magos, y quiero que mi hijo viva esta experiencia como yo la viví de pequeña y la sigo viviendo: con ilusión, alegría, sorpresa...
Pero he elegido un colegio laico para mi hijo y por esto entiendo que es la familia (no un colegio público) la que debe exponer (hablar,celebrar, explicar) a mi hijo a esta experiencia.
Me ha encantado vuestro artículo al que he llegado por casualidad y tal vez un poco tarde. Os lo copio para pegarlo en nuestra página del AMPA La Latina, en Madrid. ¡Ojalá se produzca un debate tan rico como el vuestro!
El último comentario de Ana lo deja bien claro y podría servir a mucha gente. No es nuestro caso. Yo he elegido, junto con su padre, que nuestro hijo e hija no reciban ninguna formación religiosa hasta que tengan la capacidad suficiente de decidir por sí mismos. Para ello hemos decicido enviarles a una escuela pública y laíca. Pero nos han engañado. Eso no existe. Cada día, absolutamente cada día, vienen a casa hablando de Dios, Jesús, la Virgen y yo no sé quién más.
Abandono toda esperanza. La escuela laica no existe.
Pasa algo parecido con la abuela. Sabemos que no acepta con agrado que nuestro hijo e hija no estén bautizados. Los infieles se condenan al fuego eterno. Seguro que algún día, en secreto, les ha echado una jarra de agua sobre sus cabezas con el "yo te bautizo ...". Es probable que esto sea lo mismo que quiere hacer la escuela. Igual hasta hay alguien que quiere salvarles del infierno. Y aquí estamos este padre, esta madre, este niño y niña absolutamente confundidos, buscando explicaciones sobre por qué no respetan nuestros deseos.
Como si el invierno, el fin de trimestre, el fin de año, ... no nos dieran juego suficiente para un montón de celebraciones y buenos deseos.
Hola Yolanda Jb. Ciertamente es interesante que se generen estos debates en nuestra comunidad y que al menos este blog sirva de catalizador para estas discusiones. Aunque este año se siga representando la función navideña, algunas cosas están cambiando y esperemos que la situación esté mejor el año próximo para reabrir el debate y proponer alternativas que respeten el carácter verdaderamente laico de la escuela pública, aunque ya sabemos que en la práctica el peso de las tradiciones cristianas y católicas aún se hace notar.
El contenido del post lo redacté yo, Yolanda. Así que puedes pegarlo en tu blog sin problemas.
Un cordial saludo.
Hola, buenas. Manuel, leí la referencia a tu post en el blog de la AMPA La Latina, y lo enlacé desde el blog de nuestra AMPA, vecina de la anterior.
Es un debate muy interesante. Esperemos que poco a poco vayan cambiando estas cosas, y podamos tener por fin una verdadera escuela pública y laica.
Saludos,
Lali
El solsticio de invierno se celebraba (y se celebra)en muchas culturas desde mucho antes del cristianismo. De hecho, fue el cristianismo el que aprovechó estas celebraciones para conmemorar el nacimiento de Jesús. En la wikipedia se puede leer: "La verdadera fecha de nacimiento de Jesús no se encuentra registrada en la Biblia. Por ésta razón, no todas las denominaciones cristianas coinciden en la misma fecha. Los orígenes de ésta celebración, el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o los dioses del sol, como Apolo y Helios (en Grecia y Roma), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlan), entre otros." Este texto está tomado de la página http://es.wikipedia.org/wiki/Navidad. donde hay mucha más información sobre este asunto
Y es que el comienzo de un nuevo año es una oportunidad para cambiar. Para arremeter más fuerte contra los viejos problemas. Para pararse un poco y prestarle más atención afectiva a los que te importan. Este es el sentido que yo le veo a estas fiestas y que sé que comparto con muchos de vosotros en esta blog.
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